Guillermo Payán-Archer (Tumaco, 1921-Riohacha, 1993) es peregrino (del lat. peregrinus) o viajero por el litoral Pacífico, país y el mundo; ha residido en N. Y. como corresponsal periodístico en La Habana y Buenos Aires.
Aquí, para la Antología poética, lo hemos nombrado Peregrino de luz y mar que, en su significado más clásico, se refiere al viajero que «por vocación o por voto, visita un santuario o algún lugar considerado sagrado». Caminante permanente, Payán-Archer se encuentra en su escritura con la Mar Pacífico, cuya madre es Yemayá, la primera orisha del universo: la deidad nació cuando Olofin, hijo del dios supremo, decidió crear el universo «después de apagar con agua el fuego que envolvía el planeta». De Yemayá y Obatalá nacerían dieciséis orishas del panteón yaruba.
Payán-Archer nombrará entonces el Pacífico pluriétnico y pluricultural sus ocasos anaranjados y azules; así mismo, sus amaneceres de fuego y luz ascendente, y el radiante horizonte que los circunda en una mirada infinita. Nombra viajes de alegría y temores. Nombra los cuerpos cimbreantes y sensuales del amor y del trabajo. Nombra islas y misterios de lo insondable y desconocido. Nombra recuerdos familiares y amistosos. Nombra el furor del litoral y sus pasiones nunca olvidadas. Nombra en su escritura rítmica y maravillosa musicalidades, armonías y mundos -imaginarios del Pacífico-, como los desearía Rimbaud o Saint-John Perse.
Su poesía es estallidos de luz y olas marinas, aromas, pieles y cuerpos del amor, dirigida ahora a nuevas genera— ciones de lectores colombianos e hispanoamericanos, en un volumen antológico impecable publicado por el Programa Editorial de la Universidad del Valle.