Al borde del abismo

He caminado con Roshi Joan Halifax

He llegado a ver la compasión como la forma de mantenernos arraigados y firmes al borde del precipicio y no despeñarnos al sobrepasar el límite. Y cuando caemos, la compasión puede ser nuestra salida de la ciénaga.

transformar la angustia es el camino hacia la liberación y el bienestar de nuestro mundo.

Es en el límite donde podemos descubrir el valor y la libertad.

nuestro sufrimiento puede alimentar nuestra comprensión y ser uno de los grandes recursos de nuestra sabiduría y nuestra compasión.

salida de la tormenta y del fango del sufrimiento, el camino de vuelta a la libertad en el límite más alto de la fuerza y el coraje, reside en el poder de la compasión.

Nuestro viaje por la vida es un viaje de peligro y de posibilidad, y a veces ambas cosas al tiempo.

A lo largo de este límite hay una abundancia de vida, donde conviven el álamo temblón de corteza blanca, la violeta salvaje y la aguileña púrpura, así como el temerario arrendajo de Steller, el búho boreal, la perdiz nival y el pavo salvaje.

Tanto si afrontamos la angustia y el dolor de los demás como si nos enfrentamos a nuestras propias dificultades, se nos invita a mirar de frente el sufrimiento para que, con suerte, podamos aprender de él y cultivar la perspectiva y la resiliencia, y aprender asimismo a abrir el gran regalo de la compasión.

Cuando estamos en lo alto del acantilado, en el borde elevado del altruismo, la empatía, la integridad, el respeto y la implicación, podemos mantenernos firmes en él, sobre todo si somos conscientes de lo que podría suceder si perdemos el equilibrio.