El maestro sale de viaje

—Con frecuencia asociamos felicidad con riqueza material y si no se es dueño de mucho dinero, se piensa que no se alcanzó una vida plena.

El maestro observaba la actuación del sastre: profesional, responsable, cuidadosa, pero fría, como si el trabajo fuera una obligación que no le despertaba gusto alguno, sólo el deseo de realizar un trabajo perfecto, una labor con la mente enfocada y atenta, pero con el corazón apagado.

—Debido a que la apatía, la ley del menor esfuerzo, el conformismo, es denominador común. Para las personas triunfadoras, visionarias, creadoras, lo que muchos calificaron de imposible fue dimensionado por ellas como alcanzable: imaginaron lo que deseaban, lo vieron logrado en su mente y comprometieron todas sus capacidades, su entusiasmo, en la tarea; se prepararon, estudiaron, analizaron los caminos y finalmente trabajaron con denuedo; perseveraron sin desmayo y se adueñaron del logro.

Yo soy la que confía en que usted manejará con justicia los ingresos y me entregará cada mes mi utilidad correspondiente.

El verdadero maestro nunca presume de sus pronósticos, hace que parezca que el alumno ha encontrado por sí mismo el camino correcto. Humillar a otro es la respuesta del necio, guardar la solución donde el alumno la puede encontrar es la actitud del tutor eficiente

Lo que el dinero compra se puede perder de nuevo. Lo que la voluntad adquiere es posesión permanente

Puedes golpear con más contundencia al agresor con el sarcasmo que con un puñetazo; lo dañarás en forma más permanente

Los hábitos positivos, la sustitución de los negativos, se logra mediante la repetición, que no siempre es placentera, pero sí indispensable

ilusión de un plan infalible que no sufrirá desviaciones, que llevará pronto y sin problemas a lo deseado puede ser contraproducente. Todos soñamos con la obtención de mucho sin esfuerzo, pero la vida no responde a las ilusiones, sino que éstas se construyen con trabajo

Ningún plan es inmaculado porque la vida no es totalmente predecible