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Mariana Enríquez

La hermana menor

  • Nancy Castrohas quoted15 days ago
    ¡Más feminista y hippie que Silvina Ocampo no hubo ni habrá! Lo que no se bancaban es que hacía la suya. En todo hacía la suya. Como escribía y como vivía. No podían agarrarla
  • Nancy Castrohas quoted17 days ago
    La libertad de Silvina como escritora le era insoportable. Pero al mismo tiempo los elogios eran desmedidos.
  • Nancy Castrohas quoted17 days ago
    Pero quiero decir que Silvina no era una víctima. Era muy dominante. En la pareja no dominaba Bioy, dominaba ella. Dominaba con la sonrisa y ese modo de bailarina. Ella elegía quién venía a la casa, a quién se invitaba y a quién no. Se comportaba como si fuera divina. Uno estaba con ella y se olvidaba que era fea.
  • Nancy Castrohas quoted17 days ago
    Todos los que estuvieran cerca de Silvina dicen lo mismo. Que era fascinante. Que seducía a hombres y a mujeres. Y que ella lo sabía
  • Nancy Castrohas quoted17 days ago
    «Alejandra no se suicidó porque estaba aburrida, se mató por amor. Lo dejó escrito. Pero no sé por qué insisten en cuidar a Silvina, cuando ella nunca pidió cuidado.»
  • Nancy Castrohas quoted20 days ago
    «Es Borges con falda.» Para mí es más interesante que Borges porque tiene pasión, tiene amor. Borges es muy cerebral.
  • Nancy Castrohas quoted20 days ago
    «A mí antes me gustaban todas las mujeres (antes=antes de conocerte). Ahora las veo como si un velo se hubiera caído de mis ojos: son tontas, son feas (al cosmos le cuesta producir a una mujer linda) y son otras. Esto de que sean otras, de que ni siquiera se parezcan a ti, es su más grosera e imperdonable imperfección.
  • Nancy Castrohas quoted20 days ago
    Te amaba como si me pertenecieras, sin recordar que nadie pertenece a nadie, que poseer algo, cualquier cosa, es un vano padecimiento.
  • Nancy Castrohas quoted20 days ago
    Te amaba como si me pertenecieras, sin recordar que nadie pertenece a nadie, que poseer algo, cualquier cosa, es un vano padecimiento.
  • Nancy Castrohas quoted21 days ago
    apenas uno la veía moverse y, sobre todo, cuando desplegaba sus juegos de seducción, en los que se mezclaban la gracia, el don de la réplica, el lirismo, las asociaciones delirantes y la atención aplicada con que escuchaba a su futura presa como si no hubiera nada más importante en el mundo que la persona que la enfrentaba, uno comprendía que debía de ser difícil escapar de esas redes si ella decidía echarlas al agua. Además era de una delicadeza extrema. Esa mujer debía de acariciar con una suavidad y una precisión inolvidables
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