Para la mayoría, en un sentido mecánico y físico es más difícil morir que continuar viviendo. Aun así, seguimos tratando de morirnos. Conducimos demasiado rápido por carreteras serpenteantes, practicamos sexo con desconocidos sin protección, bebemos, consumimos drogas. Tratamos de sacarle un poco más de jugo a la vida. Es natural que deseemos eso, pero que nos mantengamos con vida en este mundo, día tras día, cuando debemos enfrentarnos a más y más desgracias, y cuando la naturaleza de «lo que podemos soportar» cambia y nuestros métodos para soportarlo cambian también, eso es bastante milagroso.