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María Negroni

El arte del error

  • Adal Cortezhas quoted2 years ago
    Termino con una frase del poeta francés Bernard Noël: «Escribir es como abrazar un cuerpo que no se ve». Por eso, quizá, la palabra poética es transversal, anónima y desorientada. Por eso es también, inesperadamente, política y necesaria.
  • Irasema Fernándezhas quoted3 years ago
    No es acaso el arte, el arte por excelencia de preguntar?
  • Rubén Carrillo Ruizhas quoted3 years ago
    Uno de los malentendidos más viejos en materia literaria (y que bien puede extenderse al campo entero del arte) es el que se empeña en clasificar las obras en categorías, géneros, escuelas, allí donde, en sentido estricto, no hay más que autores y artistas, es decir, aventuras espirituales, asaltos y expediciones dificilísimas que se dirigen –cuando valen la pena– a un núcleo imperioso y siempre elusivo.
  • Ayanet Nhas quoted2 days ago
    . O bien, lo que es igual: allí donde el lenguaje se vuelve falta de lenguaje y hace de esa falta una riqueza porque ¿dónde se podría buscar mejor un infinito que en la localización del vacío?
  • Ayanet Nhas quoted2 days ago
    El arte empieza allí donde la trama, como diría el crítico argentino Miguel Dalmaroni, cede el puesto al trauma, «concentrándose, a un tiempo, en lo que es sin nombre y lo que se le escapa».
  • graciela pedrochehas quoted3 months ago
    Ninguna hojarasca. Los poemas, delgadísimos, se yerguen sin sostén. Faltan los verbos, los conectores, los desvíos retóricos, los adornos. La proposiciones fluyen en cascada, concisas y retardatarias, provocando saltos de sentido. O, como diría Luis Thonis, «estamos ante esa voz lenta, escalonada, sincopada, que encadena efectos de silepsis y tensión metafórica»:
    Diálogo somos
    entre una corza
    oscura
    y el secreto
    claro.
  • graciela pedrochehas quoted3 months ago
    Alusivos, reticentes, desconfiados: en ellos se suceden preguntas que nadie responde, paisajes mentales, alabanzas formuladas por un yo que bien podría ser nadie. O bien, se dice «la alegría más alta», la de una pérdida sagrada y sus delicias.
    Ruido, escribió Murena, es lo que hacen los que no oyen. En esa frase extraordinaria conviven muchas cosas: un anatema contra el infierno sonoro de la cultura de masas, sí, pero también un álgido llamado a oír lo que Henri Bremond, en su libro Plegaria y Poesía, llamó «el vacío viviente»:
    Hombre, calla, escucha.
    La sabiduría es receptiva.
    o
    Yo
    me desnudo
    para recibir
    al monarca
    desconocido.
  • graciela pedrochehas quoted3 months ago
    Necesito insistir. No es que estemos, tan sólo, ante una experiencia inédita del lenguaje. Estamos ante una manera inédita de ver las cosas, ante el convencimiento de que la escritura no es un instrumento de comunicación, sino más bien un desorden ostensiblemente enraizado en un más allá de cualquier orden. La virtud poética estaría, en este sentido, ligada a la no transparencia, al uso asintáctico de la sintaxis, al enrarecimiento del sentido y a ese arte de la antirrepresentación que se llama música.
    Se recordará que en Contre Sainte-
  • graciela pedrochehas quoted3 months ago
    poemas, del primero al último libro, son objetos solitarios, cajas de resonancia irregular, tramas donde se enlazan, por un instante, conceptos metafísicos con imágenes líricas para dar paso a pequeños silencios que, a su vez, dan paso a otras frases u otros silencios.
  • graciela pedrochehas quoted9 months ago
    or eso es también, inesperadamente, política y necesaria.
    M. N.
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