Quería convertirse en el padre de su hija… El millonario Riccardo Fabbrini estaba furioso porque durante mucho tiempo le habían ocultado que tenía una hija y, según él, la culpa de todo la tenía la mujer que la había estado cuidando, la bella Julia Nash. Riccardo decidió utilizar su arma más poderosa para vengarse: la seducción. Después de todo, hasta aquel momento ninguna mujer había conseguido resistirse a sus encantos… Pero con cada beso que compartía con la impetuosa Julia, la rabia de Riccardo fue desapareciendo poco a poco y fue dejando su lugar a un sentimiento desconocido… aquello era algo que no había sentido jamás…