En el Universo no hay azar, pues ha sido minuciosamente regulado para permitir la aparición de una materia ordenada: primero la vida, después la conciencia. La ciencia no tiene nada que decir sobre el sentido de nuestra vida, pues excluye por principio estas cuestiones esenciales a la persona. Es la Inteligencia Espiritual la que da respuesta al sentido de la vida: ¿por qué vivir?, ¿por qué amar?, ¿qué hay más allá de las cosas? Es el ápice espiritual o conciencia por medio del cual Dios nos habla. Al ser humano que encuentra a Dios en su vida le ocurre como al beduino en el desierto que, cavando dentro de su tienda, descubre una fuente. Cada persona tiene que cavar la tienda de su propia interioridad para encontrar allí a Dios. El creyente se sabe agraciado con la luz de la fe, que no es una conquista suya sino un don de Dios al que ya no puede renunciar, pues gracias a ella percibe un mundo nuevo. Esta luz es lo que entendemos por Inteligencia Espiritual, que da respuesta integral a la crisis de sentido y nos aporta una mirada contemplativa que impulsa hacia la mística, nos conduce a vivir en el Amor, propone una Paz cívica y se rinde ante el encuentro con el Resucitado.José Luis Vázquez Borau (Barcelona 1946) Filósofo y Teólogo personalista dialógico. Miembro de la familia espiritual de Carlos de Foucauld y presidente del Instituto Emmanuel Mounier Cataluña. Profesor y escritor. Autor de cincuenta obras de filosofía, antropología, religión, sectas y semblanzas de personajes.