Guillermo Almada irrumpe con una voz que no pide permiso: escribe como quien deja marcas, no sólo sobre la página, sino sobre la conciencia del lector. Poesía encontrada es un libro que nace de la calle, de la noche insomne, del cuerpo que recuerda, del lenguaje que se rebela. Su poesía no se acomoda: avanza, observa, arremete.
Estos poemas configuran una topografía emocional y urbana, en la que conviven el amor perdido, la crítica social, la ironía ácida y una ternura que se filtra sin aviso. Almada oscila entre la contemplación y la provocación, el susurro íntimo y el grito público, sin perder nunca el pulso vital de su escritura.
Hay en sus versos una densidad simbólica que convive con imágenes directas, una exploración honesta de lo real y lo imaginario. Con un estilo libre, cargado de guiños culturales y rupturas deliberadas, el autor bordea los márgenes de la sintaxis para volverlos territorio poético.
Poesía encontrada no es un libro complaciente. Es una invitación a mirar de frente lo que duele, lo que arde, lo que persiste. Y en ese gesto, como en todo acto auténtico, hay belleza. Porque Almada no escribe para adornar el mundo, sino para transformarlo con palabras.
