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B. Traven

Macario

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  • Denis Fdzhas quoted4 months ago
    —Perdón, compadre, ¿qué es un museo?

    —¡Ah, eso…! Pues te diré, Macario, son grandes salas que en muchos países europeos tienen los gobiernos para exhibir todo lo que han robado de otros países o que se han llevado como botín de guerra de los pueblos vencidos. En algunas naciones de América los tienen para que malos funcionarios tomen lo que les gusta y se lo lleven a su casa.
  • Miguel Rodríguez Gaytánhas quoted4 years ago
    Macario era leñador en aquel pueblecito.
  • Omar Jalpahas quoted5 years ago
    vez tengas razón, hombre, y tal vez no la tengas. Pero ahora no te hablaré del camino que debiste haber tomado, porque tanto uno como otro podían haber resultado iguales
  • Omar Jalpahas quoted5 years ago
    —Bien, compadre —contestó Macario—. En cuanto le vi comprendí que no me quedaba tiempo de comer ni una sola pierna y que tendría que abandonar el pavo entero. Cuando usted se aparece ya no da tiempo de nada. Así, pues, pensé: «Mientras él coma, comeré yo», y por eso partí el pavo en dos.
  • Omar Jalpahas quoted5 years ago
    Sus ojos parecían dos grandes agujeros oscuros cavados en aquella cara descarnada. La boca estaba constituida por dos hileras de recios dientes descubiertos por la carencia de labios. Se apoyaba en un largo bastón de caminar. Iba cubierto por una túnica azulina, de una tela que no era ni algodón, ni seda, ni lana, ni material alguno conocido por Macario.
  • Omar Jalpahas quoted5 years ago
    Sus ojos parecían dos grandes agujeros oscuros cavados en aquella cara descarnada. La boca estaba constituida por dos hileras de recios dientes descubiertos por la carencia de labios. Se apoyaba en un largo bastón de caminar. Iba cubierto por una túnica azulina, de una tela que no era ni algodón, ni seda, ni lana, ni material alguno conocido por Macario.
  • Omar Jalpahas quoted5 years ago
    mujer empezó a ahorrar hasta el último centavo de los pocos que ganaba lavando ropa y desempeñando trabajos pesados para otras mujeres del pueblo, que gozaban de mayores posibilidades que ella.

    Después de ahorrar sus centavitos durante tres largos años, que le parecieron una eternidad, pudo hacerse del pavo más gordo que encontró en la plaza.
  • Omar Jalpahas quoted5 years ago
    —Oh, Señor, si por lo menos una vez en mi pobre vida pudiera comerme entero un guajolote asado, moriría feliz y descansaría en paz hasta el día del Juicio Final.
  • lauvillafal47836has quoted5 years ago
    Desde luego, pero después desearás también otras cosas. Todos los mortales desean probar y hacer muchas cosas antes de marcharse de este mundo
  • lauvillafal47836has quoted5 years ago
    sé si deba aceptar esto de usted, porque habrá de saber, compadre, que yo he sido feliz a mi modo. Cierto que he sufrido de hambre toda mi vida, que siempre me he sentido cansado y que he tenido que luchar constantemente para mantener a mis hijos. Pero eso ocurre a todas las gentes de mi clase. Aceptamos esta vida, porque fue la que nos dieron, y nos sentimos felices a nuestra manera, porque siempre estamos procurando hacer algo bueno de una cosa malísima y en la que aparentemente no cabe esperanza alguna. El pavo que acabamos de comer era la ambición más grande de mi vida. Nunca mis deseos fueron más allá de un pavo asado con todos sus aderezos para comerlo yo solo, en paz, sin tener alrededor los ojos hambrientos de mis muchachos contando hasta el último bocado que me echara al estómago.
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