Humillados y ofendidos

La amaba de un modo tormentoso

De repente sucedió algo inexplicable: sin ninguna razón aparente, tuvo lugar una violenta ruptura entre el príncipe y Nikolái Sergueich.

El príncipe, que hasta ese momento, como ya he dicho, se había limitado en sus relaciones con Nikolái Sergueich a la mera correspondencia laboral, le escribía ahora del modo más pormenorizado, franco y amistoso acerca de sus asuntos familiares.

Ya he mencionado antes que era viudo.

El príncipe necesitaba un administrador y escogió a Nikolái Sergueich, excelentísimo patrón y hombre honradísimo, atributos de los que, naturalmente, nadie albergaba la más mínima duda.

–¿Por qué me mira usted así? –gritó en alemán, con voz bronca y penetrante y aspecto amenazador.

Examiné el alojamiento vacío de Smith, y me gustó. Lo alquilé para mí. Lo principal era que se trataba de una habitación grande, aunque tenía

Él, sin embargo, no se daba cuenta de nada de eso.

o soy un místico; apenas creo en premoniciones y augurios; sin embargo,

. El perro, después de dar dos o tres vueltas en el sitio, se tumbaba con aire sombrío a sus pies, metía el hocico entre sus botas, lanzaba un profundo resuello y, tendiéndose cuan largo era en el suelo, se quedaba también inmóvil toda la velada, como sin vida.