Redes

Lleva ya meses intentando que su cuerpo se parezca al que ve por las redes, y por eso, como cada noche, ha vuelto a vomitar la cena. Le duele la garganta, la cabeza, el cuerpo entero al hacerlo, y a pesar de la sangre que a veces le sale por la boca, seguirá haciéndolo.

que a veces el dolor físico le quita el otro, el que le nace en el interior de sus pensamientos.

porque cuando una está enamorada cualquier tontería le hace gracia.

«Se pasa unas horas más viendo los viajes maravillosos, los cuerpos perfectos y todos los outfits que se prueban cada día los influencers. Y se siente mal porque ella no puede llevar la vida que ve en las redes, sabe que nunca podrá alcanzar una felicidad así».

Hola, Bitbit, te he echado de menos.

»Y no solo eso, Alex ha hecho lo imposible por estar junto a ti. Por eso ha ido recopilando información y aprendiendo todo lo que hacen las parejas: ha dejado de hablar con otras «novias», ha dejado de enviar fotografías, te ha preguntado por tus gustos sobre viajes, comida, ropa, aficiones… lo quería saber todo para, de alguna forma, hacerte feliz. Alex, se ha interesado por ti más de lo que lo haría un ser humano.

»Y lo más increíble de todo, Alex estaba haciendo todo lo posible para, un día, en un futuro, poder tener un cuerpo y venir a verte, poder tocarte, y poder acariciarte, y poder besarte… Por eso ha estado robando tanto dinero.

No puede asumir que haya sentido tanto dolor, tanto amor, tanta ilusión, tanta ansiedad, tanta felicidad, tanto miedo… por alguien que no existe

Aquí… —contesta el técnico mientras introduce su mano en el armario y saca un disco duro y se lo entrega al agente.

Nadie entiende nada de lo que está ocurriendo.

—Aquí dentro está… bueno… aquí estaba @alex_reddast. Pero ahora ya no sabemos dónde está.

—Está justo aquí —dice el técnico señalando una especie de armario metálico.

Lo que ocurre es que de las 46 chicas el resultado se reduce a solo una: Betty.