Cada uno de los versos están escritos desde la perspectiva de un creyente que confiesa la nueva creación, mientras que se enfrenta a las consecuencias de la caída. La familia, la política, la justicia, el amor, las relaciones humanas, han sido todas manchadas por el error humano, y aunque el Señor ya ha comenzado su obra de restauración a través del Evangelio, hay mucho camino por recorrer.