Fue entonces cuando aprehendí el significado del mayor de los secretos
que la poesía, el pensamiento y el credo humanos intentan comunicar: la salvación del hombre
está en el amor y a través del amor. Comprendí cómo el hombre, desposeído de todo en este
mundo, todavía puede conocer la felicidad -aunque sea sólo momentáneamente- si contempla al
ser querido