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Pablo Martín Sánchez

Diario de un viejo cabezota

  • Josué Tello Torreshas quoted3 years ago
    Habría sido bonito terminar este diario con la última frase que escribí el lunes: «Mañana será otro día».
  • Josué Tello Torreshas quoted3 years ago
    Podemos creer o no creer en Dios: si creemos en Dios y Dios existe, iremos al cielo; si creemos en Dios y Dios no existe, no ganamos nada. Por el contrario, si no creemos en Dios y Dios no existe, tampoco ganamos nada; pero si no creemos en Dios y Dios existe, nos condenamos al infierno. Conclusión: por pequeña que sea la probabilidad de que Dios exista, compensa creer en ella, pues las ganancias que pueden obtenerse superan con creces la apuesta. Aun así, y que me perdonen los creyentes, la fe es un poco como el fútbol: no puede uno obligarse a creer en Dios, como no puede uno obligarse a cambiar de equipo. Y lo dice alguien que ha intentado ambas cosas
  • Josué Tello Torreshas quoted3 years ago
    A menudo, el silencio es la mejor de las condolencias. A veces, es la única posible
  • Josué Tello Torreshas quoted3 years ago
    Tan solo la ausencia de palabras puede corresponder al vacío que sentimos en ese momento, y las expresiones al uso (te acompaño en el sentimiento, me sabe mal, que en paz descanse) nos ofenden precisamente por lo que tienen de protocolario, de prefabricado, de impersonal. Nuestro ser querido se merece mucho más que una fórmula de cortesía. Se merece, por lo menos, un silencio.
  • Josué Tello Torreshas quoted3 years ago
    La verdad es que no sabía qué decir, siempre me ha costado encontrar las palabras adecuadas para consolar a alguien que ha perdido a un ser querido, supongo que porque no hay palabras que puedan estar a la altura del dolor que siente quien se acaba de quedar sin madre, sin hijo, sin pareja, sin hermano, sin amigo del alma.
  • Josué Tello Torreshas quoted3 years ago
    Si esto fuera una novela, ahora cambiaría de capítulo, echando mano de aquel recurso tan tramposo como efectivo que durante años estuve enseñando a mis alumnos de la Escola d’Escriptura de l’Ateneu Barcelonès y cuyo solo nombre ya produce desasosiego: el cliffhanger, la interrupción del relato en un momento álgido. Pero como esto es un diario íntimo y no una novela de aventuras, aprovecharé que aún queda algo de luz para terminar de contar lo sucedido.
    Me asomé a la ventana co
  • Josué Tello Torreshas quoted3 years ago
    Anteayer por la tarde no pude escribir.
    Ayer no pude escribir en todo el día.
    Esta mañana no he podido escribir.
    Lo que me sorprende es estar escribiendo ahora.
    Supongo que es la única manera que tengo de conjurar el miedo, el dolor y la tristeza.
    Iba a decir la rabia.
    Pero no: no es rabia lo que siento.
    Es dolor.
    Es tristeza.
    Y sobre todo miedo.
  • Josué Tello Torreshas quoted3 years ago
    Como decía Roland Barthes, escribir no es una gracia, es escritor quien quiere serlo. Pero yo nunca quise ser escritor, simplemente me gustaba escribir.
  • Josué Tello Torreshas quoted3 years ago
    Yo nunca he creído en el tarot ni en ninguna otra ciencia adivinatoria (un estupendo oxímoron, por cierto, pues el futuro es algo que no existe y no puede hacerse ciencia de algo que no existe)
  • Josué Tello Torreshas quoted3 years ago
    Definitivamente, tengo el síndrome del miembro fantasma: pienso ahora más en Linda y en Unai que cuando estaban aquí. A pesar de los años que han pasado, recuerdo perfectamente que en tu tesis doctoral utilizabas el síndrome del miembro fantasma como metáfora para analizar una de las cinco patologías que la realidad virtual presentaba por aquel entonces, y aludías a las tesis poshumanistas que vaticinaban la obsolescencia del cuerpo y aseguraban que en un futuro no muy lejano sería posible separarlo de la mente, como si esta fuera el software y aquel el hardware, el receptáculo donde podríamos transferir nuestros cerebros escaneados mediante un fabuloso uploading que nos abriría las puertas de la inmortalidad. Las tesis poshumanistas no han llegado a cumplirse, tal vez porque los humanos hemos dedicado demasiado esfuerzo y dinero en los últimos tiempos a matarnos entre nosotros, pero la realidad virtual se ha convertido, paradójicamente, en una de las mejores terapias para combatir los dolores ocasionados por el síndrome del miembro fantasma, como atestigua la sala de consolas del pabellón 9, que desde el Gran Apagón se ha convertido en un triste cementerio tecnológico
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