A Raúl no pueden importarle menos los MSP. Tiene treinta y dos años, escucha la música de la radio, va a las discotecas que venden entradas en pesos cubanos y, con unas cuantas cervezas encima, reconoce con pesar que Fidel «está un poco chocho». Lo que atormenta a Raúl, tomando como ejemplo el show de MSP, es que «Fidel se ha vuelto rockero, imagínate». Todo comenzó, dice, con la estatua de John Lennon, inaugurada con gran pompa en una plaza del Vedado, un evento de tribuna abierta. «Imaginate que Fidel dijo que Lennon era un revolucionario. Por Dios. Che era un revolucionario, Camilo lo era, y Fidel. Pero ¿un rockero? Por Dios.» No obstante, lo indigna que al John Lennon de bronce le hayan robado los anteojos dos veces durante las últimas semanas. La segunda vez le pegaron con cemento de contacto un nuevo par, que hurtaron igual. A Raúl le parece un sabotaje y cuenta que, ahora, Lennon tiene permanentemente guardia policial.