Ojalá se hubiera quedado dondequiera que se hubiese ido a pasar unos días, pensó Mike mientras me miraba con una expresión sulfurada. Interesante. No había reparado en que ese chaval me tuviese una especial animadversión. Aquello suponía una novedad, tan reciente como la llegada de la chica, al parecer. Aún más interesante: descubrí —para mi sorpresa— que el sentimiento era mutuo.
Será que Edward Cullen está descubriendo los celos a sus 100 años?