Maurice

bajo el ropaje de unas formas amistosas, dijo muchas cosas que le causaron dolor.

Cuando el amor se desvanece se recuerda no como amor, sino como algo distinto. Bienaventurados los ignorantes que lo olvidan por completo, y no son conscientes de los anhelos y de los absurdos del pasado, de las largas conversaciones sin propósito.

Tenía miedo de que Clive oyese los latidos de su corazón y sospechase el porqué

Espero que me ames por mi mente… Por mi debilidad. Tú siempre supiste que yo era inferior. Eres maravillosamente considerado… Me das cuerda suficiente y nunca te burlas de mí como de tu familia durante la cena.

Sé que debo morir alguna vez y no me gusta, ni que te mueras tú. Si alguno de los dos falta, nada le queda al otro. No sé si es a esto a lo que tú llamas claro y limpio.

Se dedicaba a hacer observaciones ligeramente malévolas y a utilizar el íntimo conocimiento que poseía de él para herirle.

Maurice pocas veces pensaba en la enfermedad y en la muerte, pero cuando lo hacía era con profunda inquietud.

Cuando habló, Maurice le besó

La sociedad los aceptaba, como acepta a miles de seres semejantes a ellos. Tras la sociedad, dormita la ley.

amor había apartado a Clive de la trivialidad y a Maurice del desconcierto para que dos almas imperfectas pudiesen alcanzar la perfección.