La ocasión

El frío va a acabar con la epidemia

ahora estoy en un espacio vacío, gris y beige, en el que ocurre nada, aparte del silencio propio de los sueños, del sueño de alguien que soy yo y que no sabe que está durmiendo en su cama, en un lugar que se llama París, que se llama mundo

—Todo esto te perturba, me doy cuenta.

Son unos brutos —

Como si ella sola existiera y nosotros ya estuviésemos listos para confundirnos con la nada

Waldo no únicamente hablaba, sino que hablaba

en los labios de Bianco y Gina parecía escucharlo con atención extrema

esas explicaciones harían de Gina una persona banal y poco interesante

Gina le rodea el hombro con el brazo, y lo atrae un poco hacia ella.

—Pronto vamos a lograrlo —dice

Así, ahora, por primera vez, Bianco se pregunta si Gina no hace trampas durante los intentos de comunicación telepática: como es domingo