Nunca la habían tocado… Pero estaba esperando un hijo suyo.
Embarazada de siete meses, Rosalie Brown, una inocente madre de alquiler, decidió que no podía renunciar al hijo que había engendrado para una pareja italiana. Pero, cuando viajó a Venecia para suplicar que la dejasen quedarse con el niño, descubrió que Alex Falconeri era viudo y no sabía que estaba esperando un hijo suyo.
Alex no podía desaprovechar la oportunidad de reconocer a su inesperado heredero, pero la inocente Rosalie era una tentación demasiado grande para un hombre que no creía en el amor.
Después de un frío matrimonio de conveniencia, Alex había jurado no volver a casarse, pero estaba empezando a pensar que haría cualquier cosa para que Rosalie fuera suya.