“Nunca digas nunca” suena en mi cabeza cada vez que digo eso, y bien, no ha nacido la persona en la que confíe y sepa todos mis demonios y miedos internos, el hombre que vea detrás de mis ojos grises y sea capaz de sacar lo mejor y lo peor de mí, ese día le pediré que se quede conmigo.