Una vez, por mi cumpleaños, alguien me deseó una vida mínima. Todavía hoy me impresionan sus palabras, porque definen escrupulosamente cómo pienso mi trabajo, cómo quiero que sea vivir contigo: algo leve y muy pequeño y que sin embargo importe. Algo leve y muy pequeño que exista y que nos agite y que nos haga mejores.