Antes de comer, recuerda que lo único que posees es tu capacidad para tomar decisiones (para emplear la razón y el juicio al hacerlo). Es lo único que nunca te pueden quitar del todo.
Por la tarde, recuerda que además de las decisiones que tomas, tu destino no depende por completo de ti. El mundo está girando y nosotros giramos con él, sin importar la dirección, buena o mala.
En la noche, recuerda de nuevo cuánto está fuera de tu control y en dónde comienzan y terminan tus elecciones.
Recostado en la cama, recuerda que el sueño es una especie de rendición y confianza; admírate con lo fácil que es y prepárate para empezar de nuevo el ciclo mañana.