40 poemas

Ser humano y mujer, ni más ni menos

Ser humano y mujer, ni más ni menos.

años, disfrutar del error

y de su enmienda,

haber podido hablar, caminar libre,

no existir mutilada,

no entrar o sí en iglesias,

leer, oír la música querida,

ser en la noche un ser como en el día.

Primero te retraes,

te agostas,

pierdes alma en lo seco,

en lo que no comprendes,

intentas llegar al agua de la vida,

alumbrar una membrana mínima,

una hoja pequeña.

No soñar flores.

El aire te sofoca.

Sientes la arena

reinar en la mañana,

morir lo verde,

subir árido oro.

Pero, aún sin ella saberlo,

desde algún borde

una voz compadece, te moja

breve, dichosamente,

como cuando rozas

una rama de pino baja

ya concluida la lluvia.

Entonces,

contra lo sordo

te levantas en música,

contra lo árido, manas.

El relámpago es indecible.

Regresa entonces en sentido contrario,

Recupera usos y costumbres,

el mar,

la arena muerta,

esta claridad,

mientras puedas.

Pero guarda en la sangre, como un pez,

El dulce fragor de lo distant

RESIDUA
Corta la vida o larga,

todo lo que vivimos se reduce

a un gris residuo en la memoria.

Dame, en cuanto cierre

los ojos de la cara,

tus dos manos de sueño

que encaminan y hielan,

Dame, en cuanto cierre

los ojos de la cara,

tus dos manos de sueño

que encaminan y hielan,

Pero uno llama azar a su imaginación insuficiente