Percy Jackson y los Dioses Griegos

Algunas niñas habrían pedido un poni, un móvil nuevo o un día de tiendas en el centro comercial con sus amigas. Otras, asientos de primera fila para el concierto de la banda de chicos de moda o una cita con alguien realmente genial, como, no sé, Percy Jackson, por ejemplo. (¿Qué pasa? No sería tan raro…).

Su mayor hazaña fue que el Vellocino de Oro —esa alfombra de piel de oveja que es pariente mía— acabara en su reino, lo que hacía que aquel lugar fuera inmune a las enfermedades, las invasiones, las caídas de la bolsa, las visitas de Justin Bieber y cualquier otro desastre natural.

os míos, qué orgullosa estoy! —les dijo Gea—. ¡Galletas y ponche para todos!
Antes de la celebración, Cronos reunió los restos de su padre sobre el mantel. Quizá enfadado con su hermano mayor, Océano, porque no había querido participar en el asesinato, Cronos hizo un petate con todo, lo llevó hasta el mar y allí lo lanzó. La sangre se mezcló con el agua salada y… bueno, más adelante veréis lo que salió de ahí.
Ahora me preguntaréis: «Vale, entonces, si asesinaron al cielo, ¿cómo es posible que sigamos viéndolo cada vez que miramos hacia arriba?»
Respuesta: ni idea.
Supongo que Cronos mató l

Pero, ahora mismo, me apetece un poco de poesía.

¿Y a vosotros? ¿No?

Bueno, pues mala suerte. Apolo se impacienta y quiere que escriba su capítulo, y como el Chico de Oro es el dios más guay del Olimpo (aunque él mismo también lo diga), no se le puede hacer esperar demasiado.

Buf, lo hemos conseguido, tropa.

Doce olímpicos. Los hemos comentado todos, ¡más unos cuantos dioses extra de regalo, como Perséfone y Hades!

Vale, solo he metido las hamburguesas con queso para ver si estabais prestando atención. Además, tengo hambre.

Si alguna vez os habéis preguntado por qué los humanos sufren tanto, es por aquella estúpida tinaja. Y se supone que entonces debemos decir: «¡Muy bien hecho, Pandora! ¡Muchas gracias!».

En los viejos tiempos, los escritores (que eran todos tíos) dirían: «¿Veis? ¡Esta historia demuestra que las mujeres siempre causan problemas! ¡Son las culpables de todos los males!».

Epimeteo y Pandora. Adán y Eva. Esa culpa viene dando tumbos desde el principio de los tiempos.

Pero no entiendo por qué criticamos a Pandora por ser indiscreta, por desobedecer las órdenes o lo que sea: la crearon para que abriera esa tinaja… y fueron los dioses.

esposa inmortal. Sí, claro que tuvo alguna que otra aventurilla con mortales. Era un dios, al fin y al cabo. Pero, según las historias griegas, vivieron felices y comieron perdices.

—Te llevaré conmigo, querida —le prometió Dioniso—. Nunca te dejaré. Cuando ascienda a mi trono en el monte Olimpo, serás mi reina para toda la eternidad.

Dioniso cumplió su palabra: se casó con Ariadna y, cuando por fin lo reconocieron como dios (fue el olímpico número doce), la convirtió en su

También se abstuvo de invitar a más hombres a la Caza.

A mí me parece bien. Me gusta Artemisa, pero no me llevo bien con la naturaleza. Además, no me gusta cazar. Las chicas sí que me gustan, pero a mi novia no le haría gracia que fuera correteando por el campo con ochenta mujeres preciosas.

Es tirando a posesiva.