—Sí, sí. Tienes suerte de ser tan guapo.
Me uno al resto de los Aulladores en la azotea y veo a Sevro despedirse de Victra. Ella se aferra a su marido con una desesperación que no he visto nunca. ¿Debería dejarlo aquí? ¿Podría? No sé si sería capaz de llegar hasta el final sin él, pero al ver su cabeza apretada contra el pecho de su esposa, siento el trauma de lo que le estoy haciendo no solo a él, sino a nuestras dos familias al completo. Parece que es el mundo quien nos está haciendo esto. Pero ¿es el mundo o soy yo, por como estoy hecho? Al final soy un destructor, no un constructor