Giusti contra Borges —cuya literatura juzgaba como “deshumanizada”, “bizantina”, “cerebral”, “exótica”, “decadente”—, tampoco eran novedosos en Argentina, pues habían surgido, aunque con una fraseología diferente, por lo menos desde el año 1933, en la mencionada encuesta sobre Borges organizada por la revista Megáfono.