Imagínese si la persona hipotética que planteamos en este caso actuó tempranamente, pero no compró un paquete más grande de mantequilla, sino que siguió con el de siempre y gastó las diferencias comprando dulces. Esto significa que esos pasteles o caramelos ya habrán sido vendidos cuando aquellos que actúan después quieran comprarlos. Así pues, los dulces que quedan a la venta serán más escasos y el dueño de la tienda podría incrementar de forma prudente el precio de venta, para ajustarse a ese aumento repentino de la demanda.