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Nestor Braunstein

Clasificar en psiquiatría

  • Aniehas quotedlast year
    Como desde siempre se ha sabido que se puede influir sobre las personas y sobre sus conductas por medio de sustancias químicas (alcohol, café, tabaco, sustancias de origen vegetal que alteran la conciencia, etc.), los anormales pasaron a ser clientes de la provechosa industria psicofarmacológica que desarrolló nuevas sustancias en el laboratorio y pasó a venderlas como “específicos” en las farmacias. El psiquiatra no se limita a clasificar y eventualmente segregar a los “diagnosticados” sino que ahora dispone y dispondrá cada vez más de herramientas para “normalizar” a esos sujetos sin que sea necesario que tenga una idea de las causas (en el vocabulario médico, la “etiología”), y aun sabiendo que no hay una “patología” (anatómica, histológica) de esos “trastornos” ni una fisiopatogenia, un conocimiento de los mecanismos involucrados, que siempre se dice que está por venir, que en algún día ya próximo se conocerán los neurotransmisores responsables. Basta presuponer una alteración de los neurotransmisores y saber que (y cómo) se puede actuar sobre algunos de ellos para estar en condiciones de “regular” los comportamientos por medios químicos con sustancias “psicoactivas”
  • Aniehas quotedlast year
    La conformidad con “lo esperado” según las normas de la cultura será sinónimo de salud; la impugnación, de enfermedad. Se trata de dos usos o dos realidades de “la norma”: por una parte, a] la norma que se opone a la irregularidad y el desorden —perteneciente, más bien, al campo del derecho; por otra parte, b] la norma como lo que se opone a lo patológico y lo mórbido convertido en “morboso”, que se inscribe en el campo de la medicina. La psiquiatría queda incluida en el espacio entre las dos normas y en cada una de ellas pone un pie que le sirve de apoyo
  • Aniehas quotedlast year
    La psiquiatría incorpora toda la masa de las “conductas anormales”, a veces y en nuestra época llamadas “disfuncionales”,[2] apoderándose de lo que pertenecía al discurso moral, jurídico o policial
  • Aniehas quotedlast year
    Falta uno del cual ni la CIE ni el DSM-RV-TR ni el futuro DSM-5 no dicen ni pío: la avaricia. Pues hay “trastornos de la personalidad” descritos en todas las áreas del comportamiento… excepto con relación al dinero. ¿No es curioso? ¿Será que en este aspecto, el de la codicia (covetousness) y el del atesoramiento, el sujeto no se “aparta acusadamente de las expectativas de la cultura”, según reza la definición del trastorno de la personalidad y por eso no es incluido en los grupos de “anormales” que reconoce la Asociación Psiquiátrica de los Estados Unidos?
  • Aniehas quotedlast year
    Habrá que aceptar que el sufrimiento depende de la “vida social” de un sujeto inmerso en estructuras sociales, libidinales, antropológicas, culturales, económicas, políticas, respecto de las cuales el psiquiatra es tan ciego como la mayoría pues ¿dónde habría adquirido el conocimiento válido para afrontar esas dificultades? La formación médica deviene, en tal caso, un obstáculo en la respuesta a una demanda que no se ha sabido escuchar y cuyo origen permanece oscuro porque es, por lo común, la demanda del Otro. El furor sanandi es un síntoma, el del médico inserto en un dispositivo que lo lleva a desconocer el objetivo de las acciones que se le ordena cumplir, fundamentalmente, la “normalización” de la subjetividad
  • Aniehas quotedlast year
    El sufrimiento es una sustancia que no se puede ni se deja clasificar.
  • Aniehas quotedlast year
    Nada predestina a los dramas humanos a ser digeridos por el supuesto saber médico que los asimila a enfermedades. La cuestión que se ignora cuando se envía a alguien a ser “tratado” y sale con su paquete de “medicinas” es la del sujeto sufriente (y gozante) por su condición de marginal con relación a las normas de la cultura. ¿Quién, en el fondo, no es de una u otra manera marginal, fronterizo? ¿Cuántos hay que no pertenecen a alguna de las múltiples minorías que en su conjunto hacen una amplia mayoría de gente “rara” (queer)?
  • Aniehas quotedlast year
    ¿Qué es entonces, si no son enfermedades ni trastornos, lo clasificado? Simple respuesta: ¡Las demandas que se le formulan al dispositivo psi en el que los médicos (-iatras) llevan la voz cantante! Esas demandas se vuelven estereotipadas y por eso “clasificables”: cada día tienen un carácter más proteiforme, sintomático, automático y engloban todas las dificultades de un sujeto en su vida cotidiana
  • Aniehas quotedlast year
    Su clínica no es de síntomas y síndromes sino de lo que sucede en el encuentro dialógico y dialéctico con el “analizante”, el que lleva activamente y no pasivamente (paciente) el análisis, una “clínica bajo transferencia”. En esas maneras de sufrir-gozar pueden reconocerse ciertas maneras de vivir la relación con el Otro, maneras diferenciadas, que llamamos “estructuras clínicas” o, mejor, “posiciones subjetivas” (con relación al Otro y a la Ley) que presentan rostros cambiantes, tal como se evidencia en la situación analítica. La clínica del sujeto, la única que importa, es la de sus relaciones con el Otro; el único mandamiento para el psicoanalista es el de respetar esa posición subjetiva que es manifestación de su “verdad” singular
  • Aniehas quotedlast year
    Pero ambos acabaron por entender y manifestar que hay sufrimiento en una cantidad infinita de personas (sujetos) y que cada uno sufre a su manera singular y única por lo que cada “caso” debía estudiarse en su particularidad, olvidando el saber general sobre situaciones clínicas parecidas y los diagnósticos así como toda referencia a “normas”
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