El primer encuentro entre Leo y Erika no fue muy afortunado, pero de no haber sido por aquel incidente, tal vez el mejor tenista de todos los tiempos no se hubiera fijado en aquella morena que lo miraba con antipatía.
Leo está acostumbrado a tener a cualquier mujer que desee, y disfrutar de una noche de sexo con ella se convierte en un reto para él. Sin embargo, Erika no es igual que las demás. Harta de aquel arrogante tenista, no desperdicia ni una ocasión para que se dé cuenta de su animadversión hacia él. ¡Ella es inmune a sus perfeccionados encantos!
Al igual que en un partido de tenis, los protagonistas irán soltando aces a su rival, dejándolo descolocado y fuera de juego, pero no todo vale en la partida del amor…