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Minae Mizumura

Yo, una novela

  • Ivana Melgozahas quoted4 days ago
    Me pregunté si ese ímpetu, más que una característica propia, era común a todas las amas de casa cuando pueden conseguir una ganga. Yo la seguía, oscilando entre la curiosidad y algo similar a la nostalgia.
  • Ivana Melgozahas quoted12 days ago
    Pero, sin duda, no había benevolencia suficiente para prepararnos: la experiencia de vivir en un país extranjero sería implacable, como descubriríamos más tarde.
  • Ivana Melgozahas quotedlast month
    Y sentía que en ella podría hallar ese Japón que con tanto fervor anhelaba, un Japón inmaculado, a salvo de las impurezas occidentales. Un Japón que nunca existió, tampoco para ella.
  • Ivana Melgozahas quoted2 months ago
    En poco tiempo, el Japón que anhelaba dejó de ser el Japón que conocía.
  • Ivana Melgozahas quoted2 months ago
    Algún día, de alguna manera, me transformaré por milagro en una hermosa joven. Una brillante cabellera negra caerá en cascada por mi espalda. Ante mis ojos se desplegarán paisajes pintorescos. Conoceré una vida de abundancia. Padeceré la pobreza. Los hombres formarán fila para poder mirarme un instante. Cada momento estará colmado de intensa expectación... En comparación, ¡qué deprimente realidad vivía en mis días de escuela secundaria estadounidense!
  • Ivana Melgozahas quoted2 months ago
    En mi caso, del deseo de volver a nacer en mi idioma, para valorarlo, para explorarlo de nuevo.
  • Ivana Melgozahas quoted2 months ago
    Habría deseado que la intensidad de mi deseo me absolviera de mi pecado.
  • Ivana Melgozahas quoted2 months ago
    El concepto que mis compañeros tenían de mis lecturas era muy ajeno a la poética melancolía de la prosa de Ichiyō, los sórdidos callejones, la desesperación. Aunque algún día lograra el prodigio de dominar el inglés, no podía imaginar cómo salvar esa brecha. Me sentí desvalida.
  • Ivana Melgozahas quoted2 months ago
    Mis días empezaban y terminaban en una insensible pereza. Como no toleraba sentarme frente al escritorio, pasaba la mañana tendida en el colchón apoyado en el piso. Encendía la lámpara con brazo extensible y –sin tomarme la molestia de levantarme y vestirme– trataba de leer alguna de las obras que se apilaban a mi alrededor. Me distraían pensamientos de todo tipo. Me sentía culpable y decidía concentrarme, me duchaba, me vestía. Pero mientras me secaba el cabello la concentración se desvanecía. Por la tarde llegaba el correo, revistas y abundante propaganda, que hojeaba hasta que anochecía. Después de cenar reanudaba la lectura desde la página donde la había abandonado pero enseguida llamaba Nanae. Así pasaban los días.
  • Ivana Melgozahas quoted2 months ago
    Cuando Tono se marchó empecé a hundirme en el gran sillón rojo donde él solía sentarse y a pasar las tardes mirando el living en silencio. Me sentía cada vez más olvidada. Pronto yo sería la persona que olvidaba.
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