Sin poder separar el amor del sexo, como le reprocha el Flaco, el protagonista de «Los huérfanos del absoluto» se descubre en el oscuro espejo del deseo siendo el tercero incluído en un triángulo amoroso junto a Vivi y a Tito, quienes como él participan de otras relaciones paralelas. “Alvarito”, el nombre que le pone una amante que apenas conoce y que a veces imagina, intenta recomponer su vida después de un instantáneo matrimonio-divorcio mientras se pregunta por lo único que no ofrece ni preguntas ni respuestas, la pasión humana.
«Los huérfanos del absoluto», relato que le da título a la nueva colección de cuentos de Carlos Cortés, explora una anatomía de los sentimientos masculinos «en el azaroso discurrir que emprenden hasta los actos fallidos, cuando corren con dolorosa lentitud hacia la cobardía y se disuelven en resentimiento», bajo la atmósfera de una época que desconfía de lo inmutable, en que «todo sólido se disuelve en el aire».