Una curiosa historia del sexo

La virginidad no se puede «perder» porque es una invención, no un hecho físico, por muy brillante que sea tu orina.

Históricamente, si deseas, eres una puta; si tienes sexo fuera del matrimonio, eres una puta; si transgredes y amenazas al «hombre», eres una puta. Todas somos unas putas históricas.

«El lenguaje constituye nuestro mundo, no se limita a registrarlo o etiquetarlo».

El lenguaje es un importante campo de batalla en la lucha por la igualdad social. Como dijo el lingüista Daniel Chandler de forma sucinta: «El lenguaje constituye nuestro mundo, no se limita a registrarlo o etiquetarlo».
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Es fluido y maleable, e impulsa las actitudes sociales, además de expresarlas.

Pero si analizamos las estructuras de poder implícitas en estas frases, empezaremos a comprender de qué modo las palabras refuerzan y crean nuestra realidad.

Paradójicamente, nuestra vida secreta es la más honesta. Mantenemos en secreto esta parte más genuina porque los sistemas que hemos creado la han hecho incompatible con nuestra vida pública.

El lenguaje es un importante campo de batalla en la lucha por la igualdad social. Como dijo el lingüista Daniel Chandler de forma sucinta: «El lenguaje constituye nuestro mundo, no se limita a registrarlo o etiquetarlo».

Los pueblos de las naciones originarias de Canadá y los nativos hawaianos no tienen una palabra para «puta», ni tampoco para prostitución.

El lenguaje es un importante campo de batalla en la lucha por la igualdad social. Como dijo el lingüista Daniel Chandler de forma sucinta: «El lenguaje constituye nuestro mundo, no se limita a registrarlo o etiquetarlo».
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Es fluido y maleable, e impulsa las actitudes sociales, además de expresarlas. Para ver la evolución del lenguaje podemos observar la terminología cotidiana que se empleaba en el pasado para describir a las personas «de color»: en inglés, era perfectamente aceptable referirse a una persona de raza mixta con la expresión half caste [media casta], y «de color» era un término aceptado para referirse a una persona negra. Estas palabras no se consideraban ofensivas, sino meramente descriptivas, y aún pueden oírse ocasionalmente, aunque afortunadamente con menos frecuencia. Pero si analizamos las estructuras de poder implícitas en estas frases, empezaremos a comprender de qué modo las palabras refuerzan y crean nuestra realidad. Una persona «de media casta» es, por definición, «la mitad de algo»: está medio formada, medio hecha; es media persona, en lugar de una persona completa por derecho propio. Una persona «de color» ha sido metafóricamente coloreada, lo que sugiere un estado original no coloreado —o blanco—; refuerza la diferencia y sugiere tácitamente una jerarquía racial. Puede que no reconozcamos inmediatamente las implicaciones de estas expresiones, pero describir a alguien como «medio formado» simplemente refuerza las actitudes raciales. Como argumentó Chandler, crea realidad, no solo la registra. El lenguaje que refleja la realidad de uno o varios individuos es un proceso en constante evolución, y a pesar de que la corrección política es a menudo objeto de escarnio, no conseguiremos la igualdad social si el lenguaje que utilizamos para describir a los grupos marginados solo refuerza el estigma.

En 2004, Bartels y Zeki demostraron que las áreas del cerebro activadas durante el orgasmo también se activan cuando se miran fotos de la persona amada.[235] Los trabajos de Komisaruk y Whipple (2008), Kurtz (1975) y Yang et al. (2007) muestran que la actividad cerebral durante el orgasmo está vinculada a la consolidación de la memoria, lo que significa que los orgasmos unen a la pareja.[236] El trabajo de Genaro (2016) se basa en esto y demuestra que el orgasmo es clave para la unión de las parejas, incluso para desarrollar atracción hacia ciertos «tipos».[237] En 2007, Stuart Brody estudió los orgasmos vaginales de unas 1256 mujeres y llegó a la conclusión de que los orgasmos regulares conducían a una «mayor satisfacción» en la vida sexual, la salud mental y el bienestar en general.[238] En 2011, Cindolo y otros demostraron que no eyacular con regularidad conducía a una notable disminución del reflejo miccional (la capacidad de expulsar la orina del cuerpo). Un estudio descubrió que el 32 por ciento de las 1866 mujeres estadounidenses que declararon haberse masturbado en los últimos tres meses lo hacían para conciliar el sueño. El mismo estudio también descubrió que el orgasmo puede aumentar los niveles de endorfinas y corticosteroides que elevan los umbrales de dolor, aliviando las molestias asociadas a la artritis, los dolores menstruales, la migraña y otras afecciones.[239] En 2001, una investigación demostró que el orgasmo aliviaba el dolor de las migrañas o las cefaleas de un tercio de los pacientes.[240] Y tan solo he abordado de forma superficial la investigación sobre los beneficios que tiene para ti el orgasmo.