«En cierto modo Japón no existe: es un mundo de ensueño en el que nos refugiamos cuando queremos huir del nuestro. A esa irrealidad podemos llamarla deseo de Japón. Deseo de una vida más ligera y a la vez más profunda, una vida sin esencias, salvo la esencia de no tenerlas, una vida en la que solo hay procesos y disgregación, una vida descentrada, desequilibrada, diferente, una vida sin deseo».
Julio Baquero Cruz y José Pazó Espinosa, «Deseo
de Japón», en Revista de Occidente, nº 334, 2009.