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Isaac Asimov

El Ranger del Espacio

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  • Whitney Lealhas quoted15 minutes ago
    Ya no sé qué pensar de tus botas. ¡Blancas y negras! Te pareces a un cubo de basura o algo así. —Y con un gesto que denotaba más que complacencia, echó una mirada a su modelo especial, verde y rojo fuego.

    David comentó:

    —Ya me las compondré. Mejor será que vayas en busca de tu auto. Creo que nos pondremos en movimiento ahora mismo.

    —Sí, tienes razón. Tómatelo con calma. Atención con el cambio de gravedad, que es muy duro si no estás habituado. Y, terrestre...

    —¿Sí?

    —Mantén los ojos bien abiertos. Ya sabes lo que te he dicho.

    —Gracias. Lo haré.
  • Whitney Lealhas quoted15 minutes ago
    Cuando oyó el «tres», David se quitó la mascarilla y la arrojó a un lado, junto con los cilindros. Desprotegido, se erguía conteniendo la respiración frente a la atmósfera irrespirable de Marte.
  • Whitney Lealhas quoted15 minutes ago
    David respondió con absoluta calma:

    —Pues será algo así como un suicidio, supongo. Será cosa de aguardar y ver qué ocurre.

    David Starr palmeó la espalda de Bigman, y dándose la vuelta volvió a dormir.
  • Whitney Lealhas quoted15 minutes ago
    Para ellos, al parecer, David Starr era un terrestre con un cucharón en una mano y un tenedor enorme en la otra. Ni siquiera lograba ser una cara: nada más que un cucharón y un tenedor.
  • Whitney Lealhas quoted15 minutes ago
    la bandeja en una mano, David cogió la muñeca de Griswold con la otra y apretó más y más. Los otros tres hombres de la mesa hicieron atrás sus sillas y se pusieron de pie.

    Suave, helada, amenazadora, la voz de David se elevó lo justo para ser oída sólo por Griswold.

    —Suelta el tenedor y pide tu comida decentemente o te la tragarás ahora mismo.

    Griswold se retorcía, pero David mantuvo su presión, mientras con la rodilla evitaba que Griswold echara atrás su silla.

    —Pídela como corresponde —dijo David y sonreía con falsa gentileza—. Como si fueras un hombre bien nacido.

    Griswold jadeaba, sofocado. El tenedor cayó de entre sus dedos ya entumecidos y gruñó por fin:

    —Pásame la bandeja.

    —¿Y qué más?

    —Por favor —estas palabras fueron como un escupitajo.
  • Whitney Lealhas quoted3 days ago
    —Sí, comprendo su teoría.

    —¿Pero lo comprenderá el Sindicato? ¿Y el Consejo de Ciencias? En fin, dejemos eso de lado, por ahora. Pronto estarás trabajando conmigo y quizá lograremos convencerlos.
  • Whitney Lealhas quoted3 days ago
    Significa que bajo la superficie están las famosas cavernas marcianas y dentro de ellas podría haber vida inteligente, marcianos.

    —¿Usted se refiere a hombres marcianos?

    —Hombres no. Organismos tan inteligentes como el hombre. Tengo mis razones para creer que existen inteligencias marcianas que tal vez estén ansiosas por arrojarnos, a los terrestres, de la superficie de su planeta.
  • Whitney Lealhas quoted3 days ago
    David Starr se desplomó hacia atrás en su asiento y el último rastro de vida se desvaneció de su cuerpo.
  • Whitney Lealhas quoted3 days ago
    —¿Es amigo tuyo? —preguntó Hennes.

    David asintió.

    —No iré sin él.

    —Lo llevaremos, pues. Un mes y tendrá la boca cerrada. Nada de paga, sólo los papeles. En marcha ahora mismo. Mi arenauto está afuera.
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