Estos diferentes hechos van ya haciéndonos ver el lugar considerable que desempeña el tótem en la vida social de los primitivos. Con todo, hasta ahora el tótem nos ha aparecido como algo relativamente exterior al hombre, por cuanto sólo lo hemos visto representado en las cosas. Pero las imágenes totémicas no sólo están reproducidas sobre los muros de las casas, las paredes de las canoas, las armas, los instrumentos y las tumbas; se los encuentra sobre el propio cuerpo de los hombres. Efectivamente, éstos no sólo rubrican su blasón sobre los objetos que poseen sino también sobre su persona: está marcado en su carne, forma parte de ellos mismos e incluso éste es, con mucho, el modo de representación más importante.