Poeta griego arcaico

cuando un hombre

abraza su derrota abraza

la belleza la verdad

sólo en otros sueños podemos cantar, cantamos

que sólo es feliz quien su destino ignora

atrás dejamos la querida patria,

oh recuerdos,

para encaminarnos hacia los límites de la noche

Pero si lo que quieres saber es qué te aguarda en esta vida, habría que observar el cielo. El ojo de Medusa es una estrella (en realidad dos, pues se trata de una estrella binaria) que forma parte de la constelación de Perseo y, más precisamente, de aquel conjunto de tres estrellas hermanas conocido como La cabeza de la Gorgona.

Debajo de este poema hay un poema en el que Medusa, aún desde aquel Hades, insiste: «¿Quieres saber qué te aguarda después de la muerte? / Observa tus sueños».

y el mundo que tanto amamos y maldecimos se desvanece

como se desvaneció la Tróade bajo los pies de Ganimedes,

ahora que estoy por cumplir cincuenta años

y la vejez me es más próxima que la juventud,

como antaño el que aguijoneado por el tábano de la incertidumbre

se encaminaba a Dodona para escuchar al oráculo

en las hojas del roble sagrado tañidas por la brisa,

yo, Luis Felipe Fabre, he venido a la Poesía para preguntar

cómo amar de nuevo, cómo pensar a los dioses y cómo vivir bellamente.

propiciando con sus pasos, aspavientos y acrobacias

al dulce Deseo, cuya ferocidad aún desconocía:

irresponsable, dichoso, desnudo, bailaba Ganimedes,

coronado por la florida alegría de su edad.

Las cosas dejaban de ser la promesa de las cosas

para cumplirse en ellas mismas

a un agua más agua que el agua le supo el agua,

y los higos le supieron tan dulces como los higos

cuando es otro quien los come,

y el pan a pan le supo y supo así a qué sabe la verdad.

pero su corazón era sólo el de un muchacho

que aún juega con su aro y se complace en lo simple.