luego, apretándolas a las dos por la cintura, papi alza la voz y anuncia: ahora, mi hija va a cantar para todos ustedes algo que nos tiene preparado.
El público son ustedes y yo me tomo mi tiempo. El público son ustedes que en cuanto yo hago como que voy a abrir la boca se freezan como piedras, esperando que el tiempo pase por ustedes y yo soy el tiempo que va a pasarles por encima, como una canción, como un milagroso evento de luz que va a devolverles su tiempo, el de antes, el que vuelve a contarse en segundos y minutos y que irrumpe junto con los aplausos, como un río de gravilla y canicas, como un millón de maracas hechas de relojes.