Otra vuelta de tuerca

¿Acaso no valía la pena tender una mano a su espíritu para alcanzar su alma?

aparición ante un niño pequeño que dormía en la habitación con su madre y que lo obligó a despertarla aterrorizado. No la despertó para que disipara su terror y lo calmara para recuperar el sueño, sino para que ella también experimentara la misma visión que lo había conmocionado

El rostro junto al mío estaba tan pálido como aquel otro pegado a la ventana, y súbitamente surgió de él un sonido, ni bajo ni débil, sino como llegado de muy lejos, que sorbí como una fragante ráfaga.

No puedo describir el efecto que me causó aquel principio de rendición, por débil que fuera. Era como si lo que tanto había ansiado, finalmente, para mi sorpresa, hubiese ocurrido

Al principio, los dos niños habían estado bajo la custodia de una joven a la que desgraciadamente habían perdido

primero, los había enviado a vivir a su otra casa, siendo este, por supuesto, el lugar más apropiado para ellos, y los mantuvo allí, desde el principio, atendidos por el mejor personal que pudo encontrar, incluso prescindiendo de algunos de sus mejores sirvientes para que los atendieran

quien había perdido dos años antes.

Tras la muerte de sus padres en la India, había quedado como custodio de un sobrino y una sobrina pequeños, hijos de un hermano militar más joven a

la más joven de las hijas de un párroco provinciano, a la edad de veinte años había comenzado a trabajar por primera vez en una escuela, y había aceptado venir a Londres

que yo también le gustaba