merece la pena subrayarlo–, que caminaron tras More, puesto que estos fantasmas del siglo XVII no eran totalmente intangibles, como sí lo serían las apariciones del siglo XIX. Al igual que Lázaro, por lo general, portaban los sudarios de sus tumbas y rara vez se representaban como si fueran transparentes. Más bien eran terrenales: «carnosos y vívidos», en
palabra