La pizarra de Babel

Para ser creativos no necesitamos pasar de repente a una visión del mundo del tipo savant. Por el contrario, necesitamos explotar las normas y estados mentales que hemos adquirido a través de los años.

generando una disociación que algunos autores han llamado “jet lag social” (Wittmann y otros, 2006). Esto es particularmente notorio en los adolescentes, típicos “búhos”, cuyo cronotipo vespertino entra en conflicto con los horarios tan tempranos del inicio de clases.

Por otra parte, el cerebro no es una computadora en el sentido habitual del término. Nada hay en él que permita diferenciar entre un hardware y un software

Un punto de vista cronoeducativo nos ayudará a tomar decisiones pedagógicas para una mejor calidad de sueño de los alumnos y a destacar los momentos óptimos para aprender

Para no perdernos, proponemos seguir los pasos diarios de un docente en el aula y su desafío cotidiano frente a la clase.

Debe hacerlo sin perder su identidad, con la humildad propia de una ciencia que aún se está formando y de una tecnología en etapa de evaluación

Poseemos una asombrosa capacidad para trivializar las ideas y debemos advertir desde el inicio el peligro de una visión esquemática y comercializada del cerebro en la educación

inconvenientes y muchas cosas lamentables que oscurecen las ventajas y bondades de la tecnología digital en la escuela

aún quedan bolsones de mala práctica

Hemos aprendido en la escuela a convivir y colaborar con expertos en informática y en comunicaciones. Nos hará falta ahora hacerlo con expertos en las ciencias del cerebro