La inmunidad del sagrado es un auto sacramental de Calderón de la Barca.
Fragmento de la obra
Acto único
(Sale el Hombre huyendo con asombro.)
Hombre: ¿Adónde, de la justicia
de Dios, delincuente huye
mi temor, si no es posible
que de su vista me oculte?
Pues, cuando pudiera de alas 5 vestirme y sobre las nubes
volar al cielo, en el cielo
está Dios; cuando procure
de esotra parte pasarme
del mar, será vuelo inútil, 10 pues también de esotra parte
del mar Dios está; cuando use de los senos de los montes,
haciendo que me sepulte,
de sus más cóncavas quiebras, 15 la elevada pesadumbre
de los montes, en los senos
está Dios; y, cuando apure
todo el universo y quiera
que a él el abismo me hurte, 20 aun en el abismo Dios
está. Esperar a que enlute
sus luces el Sol, y a sombras
de la noche disimule
mi fuga, es error; que para 25 Dios aun las sombras son luces,
pues no hay día que le falte
ni noche que no le alumbre.
Y, supuesto que no hay
lugar que a mí me asegure, 30 no habiendo lugar que Él
en cielo y tierra no ocupe,
huya; no tanto porque,
que pueda esconderme, juzgue,
cuanto porque vea que hay 35 respeto en mí que rehúse
verle enojado. Y así,
sean mis solicitudes
que, ya que ha de hallarme, me halle
temeroso. Troncos, dulces 40 para mí un tiempo, ya amargos;
moradas flores y azules,
para mí un tiempo suaves
y ya ariscas, pues producen
vuestros matices espinas 45 que, más que halaguen, injurien;
si vuestras redes me amparan,
si vuestras hojas me encubren,
feliz seré aquel instante
que, hasta encontrarme, me busquen 50 los ministros de Justicia
que tras mí el jardín discurren.
Dadme, pues, en vuestro más
retirado albergue ilustre,
verde hospedaje en que pueda 55 esconderme.