Gloria Steinem hasta Betty Friedan, desde Germaine Greer hasta la brillante Vivian Gornick (quien tiene casi exactamente la edad de mi madre), provienen también de su generación. Aun así, tres de esas cuatro no tuvieron hijos y, sí, creo que eso cambiaba las cosas en ese entonces: su visión del mundo, sus prioridades, el poder que tenían, si es que tenían alguno, para ser independientes y, por lo tanto, honestas.