Hay un chiste que circula entre la comunidad académica matemática. Un biólogo, un físico y un matemático viajan en tren atravesando el paisaje de un país desconocido. A través de la ventanilla ven una vaca tendida en un prado, una vaca que luce en su lomo un extraño color violeta. Tras un instante de reflexión, el biólogo se atreve entonces a hablar:
—En este país las vacas son de color violeta.
Ante las palabras del biólogo, el físico agita la cabeza y añade:
—No podemos asegurarlo. Sólo podemos decir que esa vaca es violeta.
El matemático, que hasta ahora ha guardado silencio, lanza una mirada condescendiente a sus compañeros antes de concluir:
—Lo único cierto es que esa vaca por ese costado es de color violeta.
Fin.