Más leyendas urbanas del rock

Los tres componentes de The Long Rangers entraron en la KPPX armados hasta los dientes, reteniendo al DJ Ian «The Shark» y obligándole a poner su maqueta. Chazz (Brendan Fraser), Rex (Steve Buscemi) y Pip (Adam Sandler) terminaron en la cárcel, pero consiguieron una de las campañas de publicidad más salvajes que han existido y su disco Live In Prison alcanzó el triple platino, todo ello en una de las películas más divertidas de la filmografía rock: Airheads

Sus planes pasaban por vender Black Sabbath como una versión más light y menos satanista de los americanos Coven, que habían tenido problemas por sus relaciones con la Iglesia de Satán, en una época donde el terror por los crímenes de Charles Manson se instauró en Estados Unidos

Felder grabó las cintas pero no terminaron de entusiasmar al resto del equipo que vieron que se trataba de un tema muy latino con aires de reggae, tanto es así que el título que rezaba en el lomo de la casete era «Mexican Reggae», por lo que quedó olvidado hasta que comenzaron a componer el nuevo álbum

Un año más tarde junto a Cox tuneó el dúo que pasó a llamarse The King Casuals y entraron en el circuito de salas pequeñas de Clarksville, Tennessee

Por Londres corrió el rumor que un nuevo guitarrista que había llegado a la ciudad había matado a dios, había matado a Clapton

que decir tiene, que la leyenda dice que los abucheos los provocaba el joven Hamish Grimes, quien empujó al escenario a Clapton y este no hizo otra cosa que terminar de humillar a la banda

Alexander Acosta consiguió el puesto de secretario de trabajo del gabinete de Donald Trump, pero tras el escándalo Epstein se vio obligado a dimitir, para no salpicar al propio presidente amigo personal de Epstein y habitual en su casa

Fue el primer músico de blues que realizó una gira por la antigua Unión Soviética en 1979 y el primero en hacer incursiones en el pop

Los sesenta trajeron una devaluación paulatina del blues entre la gente de color, que preferían los nuevos sonidos del soul, alejándose de una música que les recordaba al pasado, que para ellos era la banda sonora de la esclavitud y la resignación.

Su destino, al igual que el de miles de familias, era la tierra prometida de Australia, país que siempre se ha servido de la mano de obra barata procedente del Reino Unido