Una advertencia

Trump y crearon foros de debate independientes fuera de la Casa Blanca. Confesaron sentirse cansados de enviar empleados a reuniones en el Ala Oeste, no querían que más funcionarios jóvenes vieran la gravedad de la situación ni participaran en una mala gestión tan burda

Entre amigos, seamos sinceros», comentó en una ocasión un destacado asesor presidencial después de que la gente que defendía el caos abandonara una reunión en la Casa Blanca. Ese grupo menguado estaba formado por cargos públicos de la Casa Blanca y secretarios de gabinete. «Aproximadamente una tercera parte de las cosas que el presidente quiere que hagamos son una solemne estupidez. Otro tercio sería imposible de implementar y ni siquiera solucionaría el problema. Y una tercera parte supondrían una ilegalidad flagrante.» Muchos asintieron

Presenciar este tipo de conductas era al mismo tiempo instructivo y espeluznante para el floreciente Estado Estable. Era una lección visceral de que no éramos solo empleados designados por el presidente: éramos niñeras del gobierno

Estas minicrisis no ocurrieron una o dos veces al inicio de la legislatura. Se convirtieron en la norma, un hecho relativamente habitual cuyas réplicas se notaban durante días. Algunos asistentes sufrieron tal desgaste con la montaña rusa de caprichos presidenciales que empezaron a animarle a organizar más actos electorales, aunque no fuera temporada de campaña. Esos actos tenían el doble beneficio de darle a Trump algo «divertido» que hacer y además sacarlo de la ciudad, donde hipotéticamente sería menos perjudicial. Se le programaron más actos públicos, lo que permitía que los nervios crispados de Washington tuvieran ocasión de recuperarse

Básicamente, el presidente jamás aprendió a gestionar las funciones del día a día del gobierno, ni mostró un interés real por aprenderlo. Sigue siendo un problema. No sabe cómo funciona el poder ejecutivo. Por consiguiente, no sabe cómo encabezarlo

La Casa Blanca está rota, simple y llanamente. Rara vez las políticas se coordinan o estudian en profundidad. Se desatienden asuntos importantes hasta que se genera una crisis. Dado que no existe un proceso coherente, es fácil que la administración entre en conflicto con las leyes federales, los principios éticos y otras normas de conducta. Repasaremos una mínima parte de los ejemplos más arrolladores en este libro, pero se tardará muchos años en ofrecer una imagen completa del alcance del desgobierno

plantilla del Ala Oeste tuvo que pasar por mucho ensayo y error para darse cuenta de que era necesario un cambio en el proceso de información de la Casa Blanca

Los jefes de departamento y de las agencias gubernamentales empezaron a aislar sus operaciones de los caprichos de

Luego el presidente decidió dar a su principal estratega político, Steve Bannon, un puesto en el Consejo de Seguridad Nacional

. Su gestión de la operación de llegada fue… Bueno, en realidad no hubo ningún tipo de gestión