El logos: se refiere a la capacidad del orador para persuadir mediante el uso de la lógica y la razón. Sirve cuando en la audiencia hay personas expertas y con pensamiento crítico sobre una materia. Es improbable que nos permita convencer a la mayoría del público, por lo que necesitaremos utilizar también del pathos y el ethos.
El pathos: es la capacidad del orador para apelar a las emociones del auditorio. Como dice Aristóteles, se trata de saber generar ciertas pasiones en el público, «pues no hacemos los mismos juicios estando tristes que estando alegres, o bien cuando amamos que cuando odiamos».
El ethos: se refiere a la credibilidad del orador y a su capacidad para persuadir mediante su propia autoridad moral o su carisma.