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Amélie Nothomb

Biografía del hambre

  • xayile4757has quotedlast month
    No lo creía en absoluto. Le oía contar a sus amigos que yo sería diplomática. «Se parece a mí.»
  • xayile4757has quotedlast month
    Las niñas me echaban miradas cariñosas. El monstruoso elitismo del Liceo influía sobre ellas y me declaraban sin tapujos: «Eres la mejor. ¿Quieres ser mi amiga?» Era para desanimarse. Semejantes modales hubieran resultado inconcebibles en Pekín, donde los únicos méritos estaban relacionados con la guerra. Pero no podía negarme: los corazones de las niñas no se rechazan.
  • xayile4757has quotedlast month
    Los niños me observaban con suspicacia, con cara de decir: «Aquí hay gato encerrado.»
  • xayile4757has quoted2 months ago
    una inmunda perversión de consonantes que sonaban como bofetadas en la cara.
  • xayile4757has quoted2 months ago
    una inmunda perversión de consonantes que sonaban como bofetadas en la cara.
  • Mónicahas quoted8 months ago
    Aquel esfuerzo constituyó una especie de tejido que luego se convirtió en mi cuerpo.
  • Mónicahas quoted9 months ago
    el hambre era un dolor que desaparecía muy deprisa: uno sufría sus efectos sin sufrir más dolor.
  • Mónicahas quoted9 months ago
    A estas agresiones, opondría la resistencia más heroica de todos los tiempos.
  • Mónicahas quoted9 months ago
    Leí Fedra con una exaltación sin límites: yo era Fedra, él era Hipólito. El verso raciniano le sentaba bien a mi excitación febril. Pero no por ello dejaba de ser una predisposición lamentable.

    Decidí no presumir de ello.
  • Mónicahas quoted9 months ago
    El cerebro, que hasta entonces había sido una máquina de fabricar continuidad a partir del caos, se transformó en un mecanismo de triturar.
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