elemento esencial del control social es la estrategia de la distracción, la cual tiene como objetivo desviar la atención del público de los problemas y cambios importantes decididos por las élites políticas y económicas. Por medio de la técnica de inundación o bombardeo, la mente se vuelve más dócil y menos crítica por las constantes distracciones y la información trivial. La estrategia de la distracción también es esencial para prevenir el interés masivo en la ciencia, en la economía, en la psicología, en la neurobiología y en la cibernética.
La palabra clave en este caso es “insignificante”.
La atención es un recurso bastante limitado. Si una sociedad democrática debe estar organizada para que relativamente pocos obtengan los beneficios mientras que la mayoría sólo observan, la mayoría debe estar ocupada con ciertas cosas para que no se involucren ni estorben en los intereses particulares. Ese estado de distracción ha sido utilizado desde la república romana atestiguada por el poeta Juvenal, y lo llamó “pan y circo”.
Cualquier persona que respete la elección de temas en la televisión, radio, periódicos y conversaciones de sus colegas, debería cuestionarse la relevancia de ciertos temas en la vida de uno mismo o en la vida de las personas a su alrededor, al enfocarse en las condiciones existentes de felicidad a largo plazo y luego exami