Sé que no quieres creerme, pero jamás planeé que pasara esto. Cuando preparé el juego, sabía que tu madre había escondido las cartas, pero no sabía que estaba atrapada en una de ellas. —Le presionó las mejillas con los pulgares. Pero cuantas más lágrimas limpiaba, más caían—. Lo siento mucho. Te he fallado.